Around, de Dionisio González, es un vistazo al trabajo de la pasada década, en el que se exhiben fotografías, vídeos y una instalación. La sala del Canal Isabel II, parece ser el lugar idóneo ya que, al igual que las piezas del artista, es un espacio intervenido por la contemporaneidad. A principios del Siglo XXI, se construyó este edificio de ladrillo con planta circular como reserva de agua. En los 80 se transforma en una sala de exposición, que coexisten dos lenguajes arquitectónicos.
El comisario, Sema D’Acosta, divide la exhibición temáticamente entre las cinco plantas de la torre. El primer piso se exhibe la serie Venecia, Las horas claras, seis cajas de luz trabajadas originalmente para la Bienal de Venecia del 2011. En esta serie, el artista toma como punto de partida propuestas arquitectónicas idealizadas para Venecia, de figuras como Wright, Le Corbusier y Rossi. González utiliza programas de diseño ligados a la profesión de la arquitectura, como pueden ser Sketch-up, Photoshop entre otros, para construir digitalmente esas estructuras e insertarlas en fotografías del paisaje urbano de Venecia. Plantea simultáneamente, estos programas como nuevos medios de creación de arte. A pesar que el comisario insiste en la afirmación que estas piezas contemplan "lo que Venecia pudo haber sido", está la declaración opuesta también, lo que Venecia sigue siendo.
La segunda planta expone la serie Inter-acciones, 15 fotografías en blanco y negro que el artista explora el concepto del abandono. El ámbito de esta serie de fotografías se traslada a una zona rural, casi campestre. El artista diseña estructuras que recuerdan módulos espaciales, edificaciones con influencia futurista situadas dentro de un espacio desocupado. En estas piezas, la naturaleza se apodera nuevamente del espacio que fue desplazada, poco a poco se apropia del volumen construido. Tal como alude su título, esta serie es una reflexión sobre la interacción del espacio construido y su entorno.
La serie Situ-acciones el artista transporta al espectador a La Habana y a las favelas de Brasil y emplea el mismo recurso, la inserción de arquitectura digital en espacios urbanos. No obstante, esta vez toma la libertad de diseñar e insertar sus propias propuestas en esos casos urbanos. En la serie de Brasil, las nuevas formas chocan con su entorno, barrios de bajos recursos con estructuras sencillas y de materiales re-usados. El leguaje rebuscado de supra modernidad arquitectónica se imponen dentro de la sencillez y humildad de estas zonas. ¿Será una mirada cínica de parte del artista, que observa la estética de esas comunidades y parece caricaturarla en su diseño? Al subir de planta, se viaja al continente asiático, en particular a las ciudades Ha Long (Vietnam) y Busan (Corea), y sucede lo mismo que en la serie de las favelas. A pesar que se percibe las referencias arquitectónicas del artista, en mi opinión, sus diseños tropiezan dentro del ámbito que se hallan.
La cuarta planta revisita la idea de proyectos no materializados, esta vez dedicándose exclusivamente a la figura de Le Corbusier. Se exhiben nueve fotografías, proyectos a construir en distintos países del mundo, desde América Latina, Europa hasta Asia. Es esta serie que considero más interesante por las posturas que presenta. Primero, es un homenaje a un gran arquitecto y, de cierta manera, González finalmente construye esos proyectos del Maestro. Segundo, la figura del arquitecto como creador de propuestas casi nunca edificadas. ¿Esta ausencia de obra construida, plantea entonces el plano arquitectónico como la obra? Expone el gran dilema de la arquitectura que muchos proyectos se quedan en el tintero. González, no muy convencido con esa idea, utiliza la fotografía como recurso de documentación, como prueba de existencia de estos proyectos. El artista continuamente lleva al espectador en un viaje, alrededor del mundo, entre distintos medios de creación y más que todo, entre lo real e irreal.
Melissa M Ramos Borges
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