miércoles, 6 de noviembre de 2013

Belleza exterior y belleza interior

Around. Dionisio González. Sala Canal Isabel II. Madrid. 12 de septiembre al 10 de noviembre de 2013.

Belleza exterior y belleza interior
El primer depósito de agua elevado de Madrid, un magnífico edificio industrial que parece sacado del archivo de Bern & Hilla Becher, alberga desde 1986 un espacio prácticamente dedicado a la fotografía. Una escalera metálica cuadrada, con un gran ojo central, conecta tres niveles de planta dodecagonal y remata en una semiesfera de láminas remachadas. En este bello espacio se desarrolla Around, la exposición del fotógrafo Dionisio González, comisariada por Sema D’Acosta.
Las obras - una treintena de fotomontajes digitales (fotografía y vídeo) de entre 2001 y 2013- exploran la relación entre forma arquitectónica, metrópolis y naturaleza. El lenguaje formal resultante es el mestizaje entre imágenes de una memoria disciplinar (proyectos no construidos, conceptos, utopías), deseos personales (invenciones) y realidades sociales (construcciones marginales).
Al margen de los juegos formales que veremos a lo largo de la exposición, en la cuba del antiguo depósito, y cerrando la muestra, encontramos el vídeo Thinking Hanoi, una excelente reflexión acerca del tiempo y lo fluido: Mientras el caos de lo social produce contaminación, el caos en la naturaleza genera refinación a través de sistemas complejos.
Pero, sin duda alguna, el protagonista de la muestra es Le Corbusier, uno de los maestros de la arquitectura moderna. Una maqueta de su proyecto de 1929 Musée a Croissance illimitée, ubicada en el ojo de la escalera de la primera planta, abre la exposición. Integrada en una videoinstalación, nos muestra la idea de un museo que crece a medida que lo hace la colección. En la misma planta encontramos otro proyecto suyo: “El hospital de Venecia” que hace parte de la serie Venecia. Las horas claras. Una serie de cajas de luz, en las que el cielo azul domina la composición, nos muestra cómo sería el paisaje veneciano si la idea coagulante de parque temático se desechara y se construyeran algunos proyectos de lenguajes arquitectónicos radicales. Y en la tercera planta, la serie Le Corbusier. En algún lugar, ninguna parte (2013) nos presenta varias villas corbusianas en Argentina, Bélgica, India, y Suiza,  a través de, según palabras del comisario,imágenes verosímiles, pero ficticias”.
  Mientras en París, Le Corbusier, en 1920, declaraba: “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes [platónicos] bajo la luz”, Buster Keaton estrenaba en Hollywood la comedia One Week: Una pareja recibe de regalo de bodas una casa para armar, con instrucciones al estilo Ikea. El pretendiente despreciado repinta los números de las cajas con el consiguiente desaguisado: las líneas de la casa que deberían estar rectas, quedan torcidas: el porche inclinado, una medianera desplomada, las ventanas torcidas.
Así, podríamos decir que algunas obras de esta exposición se mueven entre la metáfora lumínica corbusiana y la gracia de los volúmenes deconstruidos de Keaton, como en las series Favelas. Cartografía para un remoçao, Situ-Acciones, Halong y Busan. Sin embargo, no deja de inquietarnos que -aunque estas arquitecturas también se nos presentan como un juego, una ficción- sus formas sean las de la autoconstrucción de los barrios marginales iluminadas por la luz de Photoshop. Composiciones de perfectas líneas paralelas, gran profundidad de campo y nitidez y esa sensación de asepsia: calles limpias y sin huecos más propias de Suiza, la patria de Le Corbusier. Imágenes que, a veces, rayan en una estetización de la pobreza.
Por otra parte, cuando entramos, a través de animaciones, en los interiores de estas arquitecturas deconstruidas, la inventiva formal se aplana, el espacio se vuelve simple. Se ve en el vídeo Sanbock Doro. El interior continúa siendo euclidiano, como en la película de Keaton, pero despojado de gracia. La sensación es que la arquitectura ha sido reducida a mera fachada, a superficies espectacularizadas. A lo mejor, como dijo Osho, el último gran profeta bufón: “La belleza interna viene de una fuente distinta a la de la externa”.

Dubán Urbina

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