miércoles, 6 de noviembre de 2013

Dionisio González, Around. Kumar K.López

Dionisio González. Around
Sala Canal de Isabel II / 12 de Septiembre – 10 de Noviembre 2013

Las motivaciones de Dionisio González son muchas y todas son expresadas en esta exposición que, a pesar de no tener la pretensión de una antológica termina por parecerlo. Las líneas de trabajo de González se conducen en el interés por los paisajes urbanos degradados, trabajándolos desde su configuración e incidencia. Esto es ilustrado en las series presentes en la muestra. Con todo ello, su técnica es una: la del fotomontaje arquitectónico.

Su intervención tiene como soporte fotografías tomadas in situ y como invención, la inserción de arquitecturas ficticias proyectadas por el artista. Dionisio González trata de denunciar en la serie Inter-acciones, el deterioro de las ciudades de Venecia, cuyo inmovilismo la conduciría al desastre, o La Habana, ya de por sí decadente. También se incide en el peligro de extinción de ciertos ecosistemas arquitectónicos a causa del progreso y el turismo descontrolado, destacándose en las obras dedicadas a Halong, una bahía vietnamita en habitada a base de arquitecturas flotantes. Se debe señalar que ambas líneas de trabajo tienen como origen las primeras piezas de la serie citada: un conjunto de experimentaciones acerca de la fragilidad de la relación entre arquitectura y naturaleza donde las construcciones se sustentan de modo imposible en un entresijo de ramas en el centro de un paisaje natural, y que también han sido trabajadas por el artista en época muy reciente con nuevos ejemplos presentes en esta exposición.

Las formas proyectadas son angulosas y circulares a la par, adalides de la horizontalidad y de la verticalidad al mismo tiempo, como una adecuación e interpretación libre de la orografía circundante al lugar a tratar. Tenemos ejemplos contrapuestos en Busán III, horizontal y esférica, de extrema complejidad; y la inserción de dos hitos verticales, en Comercial Santo Amaro, dentro la serie dedicada a las favelas, donde en los bordes del alzado original  se destacan en altura dos construcciones.

El extremo detalle de estas intervenciones en el paisaje genera la duda de lo real, algo que llega a rozar lo increíble en la caja de luz Gardelia Restarted, donde la sombra y el deterioro de la piedra en la parte baja del edificio parecen pertenecer a la ciudad que se interviene: Venecia. Pero, precisamente, todo este realismo se desvanece al contemplar la arquitectura en su conjunto. Emerge la duda desde su carácter llamativo y con ello, esta se traslada a la denuncia que se pretende enunciar.

Decía Charles Jencks, que popularizó el término posmodernidad en relación con la arquitectura, que esta consiste en una especie de esquizofrenia entre la sensibilidad moderna, entiéndase como la funcionalidad y codificación, y el acopio de referencias locales. Toda construcción diseñada por González se vanagloria de ser sostenible y plenamente construible, además de adecuarse perfectamente al medio circundante mediante el desterramiento de la construcción de hitos al modo, precisamente, posmoderno. Sin embargo, la falla está, a mi juicio, en que introducir mediante fotomontajes un diseño de arquitectura casi hi-tech en un paisaje de urbanismo viciado o marginal, resulta, a la larga, demasiado posmoderno. Demasiado cristal, demasiadas formas imposibles, demasiada planimetría compleja para revelar las miserias de la sociedad del progreso.

Entiendo, además, que es precisamente esta doble mirada citada por Jencks, la que lleva al artista asturiano a adentrarse en los proyectos no construidos de Le Corbusier,  expuestos anteriormente en Ivory Press. Es cierto que la nostalgia y el reconocimiento del maestro del Movimiento Moderno provocan un cierto enternecimiento al contemplar los fabulosos palafitos de Rob erigidos en su ubicación francesa original de Roquebrune-Cap-Martin, o la Villa Harris a orillas del lago de Vevey en Suiza. Sin embargo, no se discierne una voluntad más allá del homenaje por parte del artista. Le Corbusier fue y es infinito y estas loas solo son simples halagos a un gigante que no los necesita.




Kumar K.López

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