miércoles, 13 de noviembre de 2013


                                  FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA EN LA COLECCIÓN TELEFÓNICA

                                                                    ROCÍO JIMÉNEZ SOLANA

 

  Desde 2002 se crea en la Fundación Telefónica una comisión de asesores contemporáneos dirigida por María del Corral que selecciona de entre todas las galerías nacionales e internacionales un total de 101 obras desde los años 70 a los 2000. La presente muestra es la selección que hace Ramón Esparza de más de 50 fotos, como ya hiciera hace casi una década María del Corral, pues desde entonces apenas se han adquirido obras.

  Durante la década de los 70 algunos artistas empezaron a recurrir a la fotografía con la intención de revisar críticamente la naturaleza y el carácter convencional de la obra de arte y de aplicar una serie de nuevos discursos ideológicos a sus obras. La fotografía de las décadas venideras cuestiona el paradigma pictórico en que se basaba la hegemonía cultural del arte moderno y lleva a cabo una transgresión del género documental, es decir, una superación de la literalidad del registro.

   En las décadas de los 80 y 90 se consolida un discurso claro en torno al medio fotográfico. Un protagonismo que se traduce no sólo en la aparición de un nuevo género artístico, sino en la consolidación de un marco institucional estable basado en un circuito especializado de galerías, publicaciones e instituciones. Se trata tanto de redefiniciones de las ideas sobre el arte, como proyecciones hacia un escenario futuro que pueda definir el nuevo estatuto de la imagen, fundamentado en las transformaciones tecnológicas de la misma. Es un contexto virtual de condición híbrida: en un aspecto teórico, la fotografía se constituye como objeto teórico en tanto que sustenta una nueva variedad de problemas y, en la práctica cuestiona su materialidad como imagen, como condición de objeto físico. En una realidad “mediada”, la fotografía integra nuevos aspectos para recalcar la situación posmedia mediante el uso de medios técnicos de construcción de la imagen, dando paso a una nueva forma de documentar, a una nueva forma de mirar y de hacer fotografía como la escenificada o construida, basada en la idea del acto de la creación fotográfica como un proceso no en el que la fotografía se toma, sino que implica una situación previa a la realización de la imagen, en la que el fotógrafo piensa y diseña la escena, la situación o los personajes como muestra Bäckström en sus Set Constructions. La constatación de los mecanismos culturales implicados en la elaboración, circulación y recepción de las imágenes se traduce en la comprensión de la condición culturalmente construida de la veracidad fotográfica. Todo ello conduce a una renovada atención a la corriente del pictoralismo y a aspectos como la adopción de métodos de escenificación o teatralización como podemos ver en la Pietá de Abramovic y en Performance Still de Hatoum. También se generaliza, como queda patente en la muestra, el uso de grandes formatos y la noción tableau fotográfico para dar cuenta del principal problema al que se enfrentaban: encontrar un sistema legítimo para que la fotografía encontrase los espacios arquitectónicos y culturales reservados a la pintura.

   ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­La mayoría de las obras expuestas proceden de tres grandes centros de desarrollo de la fotografía contemporánea en torno a las ciudades de Nueva York, Vancouver y Düsseldorf.

En Nueva York muchos artistas que comenzaban a elaborar sus discursos artísticos a partir de las tesis posmodernas se interesaron por la fotografía aplicando un amplio repertorio de nuevas opciones estéticas que iban desde el eclecticismo, la simulación, parodia, apropiación, y crítica de los modelos sociales y culturales imperantes. Se encargaron de denunciar los estereotipos de clase o género implantados en la sociedad contemporánea y difundidos por los medios de comunicación mediante el sistema de apropiación de las imágenes con el objetivo de descontextualizarlas y dotarlas de un significado nuevo y alternativo. Esta práctica artística alude tanto a las condiciones de un mundo saturado de imágenes y, en consecuencia, a cierta imposibilidad de crear, como al cuestionamiento de los conceptos de genio, autoría y autenticidad. Levine es un caso paradigmático de esta opción, quien comenzó a hacer copias literales de obras de pintores y escultores conocidos y refotografió obras clásicas como muestra con sus Interiores parisinos. Sobre la idea de apropiación trabajan también Baldessari con sus proyectos “antipictóricos” y de inspiración conceptual en los que continua la idea de apropiación de imágenes tomadas directamente de los medios, Vik Muniz, Prince con sus Cowboys & Girlfriends o la olvidada en esta exposición Kruger. Nada se muestra tampoco sobre Morimura, destacado representante del apropiacionismo al otro lado del Atlántico. La reflexión sobre los roles de género queda representada por dos obras de Sherman en las que recupera los modelos cinematográficos de representación de la mujer para ofrecer una lectura, a través de sus autorretratos, en torno a la condición femenina en el mundo contemporáneo. Su trabajo representa la tendencia actual a la autobiografía en la que el fotógrafo se convierte en protagonista de sus propias imágenes como táctica de transformación del sujeto en todos los sujetos imaginados para sus fotografías.

El grupo de artistas vinculados a la ciudad de Vancouver se acercaban, desde postulados conceptuales, a una fotografía de corte documental que no renunciaba a los debates sobre la representación ni a la deconstrucción de sus propios códigos, tal y como podemos ver en la obra de Allan Sekula y Overpass de Jeff Wall, en el que cobra especial relevancia la escenografía, el artificio y la tensión entre lo real y lo construido.

En Alemania el matrimonio Becher fotografía “esculturas anónimas”, arquitecturas industriales en la línea de Chemische Fabrik. La neutralidad y frialdad de tonos, la idea de espacio físico y la “conexión” con la naturaleza (como puede verse en la obra de Gursky) han marcado a toda una generación de artistas interesados como ellos en una reflexión sobre las nuevas formas de documentalismo y de objetividad contemporánea. Las fotografías de los museos de Höfer o el Pörtat de Ruff son un buen ejemplo de la nueva generación.

  En el extrarradio del triple eje encontramos obras que apuntan a uno de los territorios por los que transita la fotografía actual y sus reflexiones en torno al cuerpo como las obras de Taylor-Wood, Zhang Huan y Klauke. Pero quizá falten obras de Serrano y Schäfer, quienes discuten la posición que el hombre contemporáneo ha adoptado frente al fenómeno de la muerte, otro de los grandes temas de la fotografía contemporánea.

  Desgraciadamente la representación española se reduce a un quinteto de artistas esparcidos por los diferentes espacios de la sala que no parecen seguir ninguna línea concreta.

  El título de la exposición cuenta una verdad a medias y debemos leer la letra pequeña:  es una exposición de fotografía contemporánea no renovada y articulada en torno a tres ciudades a la que se añaden de forma dispersa obras conceptualmente afines.

No hay comentarios:

Publicar un comentario