FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA EN LA
COLECCIÓN TELEFÓNICA
ROCÍO
JIMÉNEZ SOLANA
Desde
2002 se crea en la Fundación Telefónica una comisión de asesores contemporáneos
dirigida por María del Corral que selecciona de entre todas las galerías
nacionales e internacionales un total de 101 obras desde los años 70 a los
2000. La presente muestra es la selección que hace Ramón Esparza de más de 50
fotos, como ya hiciera hace casi una década María del Corral, pues desde
entonces apenas se han adquirido obras.
Durante la década de los 70 algunos artistas
empezaron a recurrir a la fotografía con la intención de revisar críticamente
la naturaleza y el carácter convencional de la obra de arte y de aplicar una
serie de nuevos discursos ideológicos a sus obras. La fotografía de las décadas
venideras cuestiona el paradigma pictórico en que se basaba la hegemonía
cultural del arte moderno y lleva a cabo una transgresión del género documental,
es decir, una superación de la literalidad del registro.
En las décadas de los 80 y 90 se consolida
un discurso claro en torno al medio fotográfico. Un protagonismo que se traduce
no sólo en la aparición de un nuevo género artístico, sino en la consolidación
de un marco institucional estable basado en un circuito especializado de
galerías, publicaciones e instituciones. Se trata tanto de redefiniciones de las
ideas sobre el arte, como proyecciones hacia un escenario futuro que pueda
definir el nuevo estatuto de la imagen, fundamentado en las transformaciones
tecnológicas de la misma. Es un contexto virtual de condición híbrida: en un
aspecto teórico, la fotografía se constituye como objeto teórico en tanto que
sustenta una nueva variedad de problemas y, en la práctica cuestiona su materialidad
como imagen, como condición de objeto físico. En una realidad “mediada”, la
fotografía integra nuevos aspectos para recalcar la situación posmedia mediante
el uso de medios técnicos de construcción de la imagen, dando paso a una nueva
forma de documentar, a una nueva forma de mirar y de hacer fotografía como la
escenificada o construida, basada en la idea del acto de la creación
fotográfica como un proceso no en el que la fotografía se toma, sino que implica
una situación previa a la realización de la imagen, en la que el fotógrafo
piensa y diseña la escena, la situación o los personajes como muestra Bäckström
en sus Set Constructions. La
constatación de los mecanismos culturales implicados en la elaboración,
circulación y recepción de las imágenes se traduce en la comprensión de la
condición culturalmente construida de la veracidad fotográfica. Todo ello conduce
a una renovada atención a la corriente del pictoralismo y a aspectos como la
adopción de métodos de escenificación o teatralización como podemos ver en la Pietá de Abramovic y en Performance Still de Hatoum. También se
generaliza, como queda patente en la muestra, el uso de grandes formatos y la
noción tableau fotográfico para dar
cuenta del principal problema al que se enfrentaban: encontrar un sistema
legítimo para que la fotografía encontrase los espacios arquitectónicos y
culturales reservados a la pintura.
La
mayoría de las obras expuestas proceden de tres grandes centros de desarrollo
de la fotografía contemporánea en torno a las ciudades de Nueva York, Vancouver
y Düsseldorf.
En
Nueva York muchos artistas que comenzaban a elaborar sus discursos artísticos a
partir de las tesis posmodernas se interesaron por la fotografía aplicando un
amplio repertorio de nuevas opciones estéticas que iban desde el eclecticismo,
la simulación, parodia, apropiación, y crítica de los modelos sociales y
culturales imperantes. Se encargaron de denunciar los estereotipos de clase o
género implantados en la sociedad contemporánea y difundidos por los medios de
comunicación mediante el sistema de apropiación de las imágenes con el objetivo
de descontextualizarlas y dotarlas de un significado nuevo y alternativo. Esta
práctica artística alude tanto a las condiciones de un mundo saturado de
imágenes y, en consecuencia, a cierta imposibilidad de crear, como al cuestionamiento
de los conceptos de genio, autoría y autenticidad. Levine es un caso
paradigmático de esta opción, quien comenzó a hacer copias literales de obras
de pintores y escultores conocidos y refotografió obras clásicas como muestra
con sus Interiores parisinos. Sobre
la idea de apropiación trabajan también Baldessari con sus proyectos
“antipictóricos” y de inspiración conceptual en los que continua la idea de
apropiación de imágenes tomadas directamente de los medios, Vik Muniz, Prince con
sus Cowboys & Girlfriends o la
olvidada en esta exposición Kruger. Nada
se muestra tampoco sobre Morimura, destacado representante del apropiacionismo
al otro lado del Atlántico. La reflexión sobre los roles de género queda
representada por dos obras de Sherman en las que recupera los modelos
cinematográficos de representación de la mujer para ofrecer una lectura, a
través de sus autorretratos, en torno a la condición femenina en el mundo
contemporáneo. Su trabajo representa la tendencia actual a la autobiografía en
la que el fotógrafo se convierte en protagonista de sus propias imágenes como
táctica de transformación del sujeto en todos los sujetos imaginados para sus
fotografías.
El
grupo de artistas vinculados a la ciudad de Vancouver se acercaban, desde
postulados conceptuales, a una fotografía de corte documental que no renunciaba
a los debates sobre la representación ni a la deconstrucción de sus propios
códigos, tal y como podemos ver en la obra de Allan Sekula y Overpass de Jeff Wall, en el que cobra
especial relevancia la escenografía, el artificio y la tensión entre lo real y
lo construido.
En
Alemania el matrimonio Becher fotografía “esculturas anónimas”, arquitecturas
industriales en la línea de Chemische
Fabrik. La neutralidad y frialdad de tonos, la idea de espacio físico y la
“conexión” con la naturaleza (como puede verse en la obra de Gursky) han
marcado a toda una generación de artistas interesados como ellos en una
reflexión sobre las nuevas formas de documentalismo y de objetividad
contemporánea. Las fotografías de los museos de Höfer o el Pörtat de Ruff son un buen ejemplo de la nueva generación.
En el extrarradio del triple eje encontramos
obras que apuntan a uno de los territorios por los que transita la fotografía
actual y sus reflexiones en torno al cuerpo como las obras de Taylor-Wood,
Zhang Huan y Klauke. Pero quizá falten obras de Serrano y Schäfer, quienes
discuten la posición que el hombre contemporáneo ha adoptado frente al fenómeno
de la muerte, otro de los grandes temas de la fotografía contemporánea.
Desgraciadamente la representación española
se reduce a un quinteto de artistas esparcidos por los diferentes espacios de
la sala que no parecen seguir ninguna línea concreta.
El título de la exposición cuenta una verdad
a medias y debemos leer la letra pequeña:
es una exposición de fotografía contemporánea no renovada y articulada en
torno a tres ciudades a la que se añaden de forma dispersa obras
conceptualmente afines.
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