miércoles, 6 de noviembre de 2013

Hiperrealidad y utopía en la ciudad suburbana



Around. Dionisio González
Sala de exposiciones Canal de Isabel II
Del 12 de septiembre al 10 de noviembre de 2013

Around de Dionisio González (Gijón, 1965) comisariada por Sema D´Acosta, y organizada por la Comunidad de Madrid en colaboración con Ivorypress y el ICAS de Sevilla (donde se pudo ver la muestra de abril a junio de este año), se divide en ocho series fotográficas y tres vídeos que recogen doce años de maletas y viajes alrededor del mundo. Destacan las cajas de luz Venecia. Las horas claras, con las que participó en la 54ª Bienal de Venecia celebrada en 2011 y que tenemos la oportunidad de ver por primera vez en nuestro país, el inédito Busan Project (2011) y su último trabajo, Inter-Acciones (2013). En la muestra también encontramos la videoinstalación Mussèe à Croissance Illimitée inspirada en Le Corbusier y que el artista ha construido expresamente para esta muestra.
En un recorrido ascendente de cuatro niveles nos adentramos en las ciudades que Dionisio González lleva imaginando desde 2001; Venecia, La Habana, São Paulo, Halong y Busán, conforman un mapa perfectamente articulado gracias a la forma en espiral que dibuja el interior de este antiguo depósito de agua. Es el crecimiento de esta espiral infinita la que habita en el trabajo de González. La ciudad es entendida como un cuerpo vivo que se expande según las necesidades vitales de sus habitantes, hipótesis de trabajo que funciona de la misma manera que el “museo de crecimiento ilimitado” soñado por Le Corbusier en 1929. Esta fusión de hiperrealismo y pensamiento utópico da lugar a sus famosas fotografías de ciudades intervenidas. Se juega con lo posible-concreto mediante la toma in situ de la imagen y su posterior edición digital para la incorporación de nuevos espacios. Un trabajo calculado al milímetro que tiene como resultado un imaginario visual de contrastes conceptuales. Los paisajes urbanos de González consiguen camuflar al intruso. Es el caso de la serie Venecia donde se respira una atmósfera cada vez menos habitable y más cercana a la de un parque temático. Las fotografías nos revelan lo que pudo haber sido la ciudad, creando arquitecturas que fueron pensadas para ella pero no llegaron a levantarse como “Hotel Baven” o “Venice Hospital” (2011) conviviendo con sus conocidos edificios monumentales. El mito es revisado y también sus restos con el concepto moderno de ruina. Edificios que rozan lo futurista conviven junto a viviendas más parecidas a chabolas que a casas, como sus conocidas favelas brasileñas o las viviendas flotantes de la Bahía de Halong. La nostalgia de lo tradicional crea sintonías con lo contemporáneo que irrumpe. No sólo estamos ante una obra visualmente impactante, favorecida por sus grandes formatos y profusión en los detalles, sino que se nos propone una reflexión en torno a la ciudad contemporánea y sus márgenes. Unos márgenes que se van construyendo sin planos y adquieren cierto barroquismo fruto de la superposición de fragmentos. Ciudades que laten.

La mirada de Dionisio González es crítica pero a la vez positiva. Los contrastes de la sociedad globalizada no son sólo geométricos sino también económicos. Es un estudio de cómo habitar lo suburbano, pero no sólo se trata de documentar posibles encajes urbanos como si jugáramos con piezas de Tetris, sus proyectos tienen una intencionalidad empírica, como el de Busan, donde planeó un conjunto de casas y una biblioteca aunque fueron paralizados por la crisis económica. Hay un compromiso en su trabajo de conservar aquellas arquitecturas que en sí mismas no necesitan un nuevo orden social sino sencillamente infraestructura y dotación técnica. Es la fidelidad a este discurso el que contribuye a una total coherencia en su obra, un trabajo caracterizado por una estética de la “saturación” que se pierde en la serie Inter-acciones y sin embargo resulta el contrapunto perfecto. Estos fotograbados en blanco y negro nos regalan el encuentro imposible entre arquitectura y naturaleza. Constructos que emergen de una tierra donde no hay rastro de vida humana. Las ciudades del futuro ya han empezado a echar raíces.

Irene Martínez Marín


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