Around.
Dionisio González
Sala de exposiciones Canal de Isabel II
Del 12 de septiembre al 10 de noviembre de 2013
Sala de exposiciones Canal de Isabel II
Del 12 de septiembre al 10 de noviembre de 2013
Around de Dionisio González (Gijón, 1965) comisariada por Sema
D´Acosta, y organizada por la Comunidad de Madrid en colaboración con Ivorypress y el ICAS
de Sevilla (donde se pudo ver la muestra de abril a junio de este año), se
divide en ocho series fotográficas y tres
vídeos que recogen doce años de maletas y viajes alrededor del mundo. Destacan
las cajas de luz Venecia. Las horas claras, con las que participó en la
54ª Bienal de Venecia celebrada en 2011 y que tenemos la oportunidad de ver por
primera vez en nuestro país, el inédito Busan Project (2011) y su último
trabajo, Inter-Acciones (2013). En la muestra también encontramos la
videoinstalación Mussèe à Croissance Illimitée inspirada en Le Corbusier y que el artista ha construido expresamente
para esta muestra.
En un
recorrido ascendente de cuatro niveles nos adentramos en las ciudades que Dionisio
González lleva imaginando desde 2001; Venecia, La Habana, São Paulo, Halong y Busán, conforman un mapa perfectamente
articulado gracias a la forma en espiral que dibuja el interior de este antiguo
depósito de agua. Es el crecimiento de esta espiral infinita la que habita en
el trabajo de González. La ciudad es entendida como un cuerpo vivo que se
expande según las necesidades vitales de sus habitantes, hipótesis de trabajo
que funciona de la misma manera que el “museo de crecimiento ilimitado” soñado por
Le Corbusier en 1929. Esta fusión de hiperrealismo y pensamiento utópico da
lugar a sus famosas fotografías de ciudades intervenidas. Se juega con lo
posible-concreto mediante la toma in situ de la imagen y su posterior edición
digital para la incorporación de nuevos espacios. Un trabajo calculado al
milímetro que tiene como resultado un imaginario visual de contrastes
conceptuales. Los paisajes urbanos de González consiguen camuflar al intruso. Es
el caso de la serie Venecia donde se
respira una atmósfera cada vez menos habitable y más cercana a la de un parque
temático. Las fotografías nos revelan lo que pudo haber sido la ciudad, creando
arquitecturas que fueron pensadas para ella pero no llegaron a levantarse como
“Hotel Baven” o “Venice Hospital” (2011) conviviendo con sus conocidos
edificios monumentales. El mito es revisado y también sus restos con el
concepto moderno de ruina. Edificios
que rozan lo futurista conviven junto a viviendas más parecidas a chabolas
que a casas, como sus conocidas favelas brasileñas o las viviendas flotantes de
la Bahía de Halong. La nostalgia de lo tradicional crea sintonías con lo
contemporáneo que irrumpe. No sólo estamos ante una obra visualmente impactante,
favorecida por sus grandes formatos y profusión en los detalles, sino que se
nos propone una reflexión en torno a la ciudad contemporánea y sus márgenes.
Unos
márgenes que se van construyendo sin planos y adquieren cierto barroquismo
fruto de la superposición de fragmentos. Ciudades que laten.
La
mirada de Dionisio González es crítica pero a la vez positiva. Los contrastes
de la sociedad globalizada no son sólo geométricos sino también económicos. Es
un estudio de cómo habitar lo suburbano, pero no sólo se trata de documentar
posibles encajes urbanos como si jugáramos con piezas de Tetris, sus proyectos tienen
una intencionalidad empírica, como el de Busan, donde planeó un conjunto de
casas y una biblioteca aunque fueron paralizados por la crisis económica. Hay
un compromiso en su trabajo de conservar aquellas arquitecturas que en sí
mismas no necesitan un nuevo orden social sino sencillamente infraestructura y
dotación técnica. Es la fidelidad a este discurso el que contribuye a una total
coherencia en su obra, un trabajo caracterizado por una estética de la
“saturación” que se pierde en la serie Inter-acciones
y sin embargo resulta el contrapunto perfecto. Estos fotograbados en blanco y
negro nos regalan el encuentro imposible entre arquitectura y naturaleza. Constructos
que emergen de una tierra donde no hay rastro de vida humana. Las ciudades del
futuro ya han empezado a echar raíces.
Irene Martínez Marín
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