Carmen Calvo: El festín de la araña
La muestra El festín de la araña de la artista Carmen Calvo exhibe una treintena de obras en la cual Calvo, tal como el insecto que cita en el título, teje un entramado de personas, historias y memorias. En ella, la artista coquetea sin reservas con distintos medios plásticos y retoma discursos teóricos y filosóficos dentro de la historia del arte.
El primer salón de exhibicion se exponen piezas que tratan el tema del retrato. Ya desde el cominezo, Calvo anuncia o predetermina lo que se verá en el resto de la exhibición y los temas que tratará: juego de planos, de texturas, de materiales y la memoria. Tres pizas de fondo negro de mediano tamaño exploran el retrato mienstras excluye por completo la imagen de la persona. El primer retrato, titulado Alicia es una pieza de 200cm x 140cm de fondo negro, en la cual la artista coloca el torso de una muñeca/maniquí con los ojos bendados con una cinta o tela roja. Alicia es parte de una serie de piezas en la cual Calvo cuestiona además las posturas de la pintura. El fondo negro de estas piezas, con brochazos muy gestulaes, y la incorporación de objetos como elementos formales, también retan la bidimensionalidad de la pintura, creando un tipo de pintura expandida.
En la pieza titulada Retrato de Alicia (2006) Calvo cuelga, pega o adhiere objetos a un fondo negro. Con un acercamiento casi científico, la artista ordena los objetos dentro de una cuadrícula, como si se estuviera llevando un registro de objetos encontrados en un armario o baúl. El juego de materieles, desde unos guantes blancos de tela, herrajería, plástico entre otros dan una experiencia sensorial de amplia gama y será retomado en varias piezas de esta muestra. Pero, estos objetos nos dan más preguntas que respuestas: ¿Qué relación tendrán con esa tal Alicia? ¿A través de su contemplación podremos llegar a tener un retrato o idea de quién es ella? ¿Es necesario la imagen de la persona para conocerla o reconocerla?
En De donde babean pomadas de oro (2006) Calvo recurre nuevamente a la cuadrícula, coloca doce máscaras de yesso (?) u cabezas de yesso en tres columnas compuesta de cuatro lineas sobre el fondo negro. Las cabezas, en el material crudo, carentes de cualquier razgo pueden aludir a un anonimato o una universalidad, dándole oportunidad al espectador de “rellenar” esos vacíos. Emplea nuevamente al textil, esta vez de un gris oscuro como benda para tapar los cavidades oculares de cinco de las cabezas, que implica un acto de doble ceguera.
La serie que le sigue a estas piezas son una series de seis fotografías, que considero las más interesantes de esta muestra. En estas piezas emplea un lenguaje que alude a la fotografía conceptual. Tres de estas fotografías son retratos de individuos intervenidos de varias maneras, siempre ocultando el rostro de los mismos. El proceso creativo de estas imágenes abarca cuestionamientos sobre la fotografía, la digitalización y la intervención.
Calvo parte de una fotografía antigua, análoga, cual digitaliza y amplía. El mero acto de digitalización, cancela la escencia de la fotografía análoga, le arranca su estética y su integridad. Al ampliarla además, la libera de esa intimidad, muy bien ligadas al tamaño, que posee la fotografía original. Luego, escultpe y cose objetos diseñados e intencionados para intervenir la obra. De los tres objetos, cual más lleno de texturas, una máscara de yesso (Siempre me ha preocupado), una mota de algodón blanco (Lengua francesa) y un tipo de lazo o pompa fabricada en tul de diferentes tonalidades de rosa (¿Sentir? ¡Cuánto cansa todo!). Estos objetos los coloca estrategicamente para cubrir los rostros y toma fotografías de la intervención. La calidad de las fotografías y el dominio de la luz y sombra permiten apreciar cada hilo del tul, cada cada pliegue y cada relieve de los objetos. Estos objetos además parecen despegarse de la foto, desafiando la bidimensionalidad del medio. No es hasta acercarse a la pieza, que el espectador se percata que la obra final es la documentación fotográfica de esa intervención.
El segundo salón de la exhibición continene trece piezas de libros intervenidos. Aquí, nuevamente demuestra su dominio de materiales y juxtapone objetos así creando obras pequeñas ricas en texturas. No obstante, considero que en ocaciones peca en lo trillado y literal, como en la pieza titulada Puede ser que no te viese (2013), en la cual interviene un libro en breil colgando unas gafas de piloto o goggles en el centro del libro abierto. Igualmente, considero que estas trece piezas individualmente no tienen la fuerza, es sólo cuando se exhiben en conjunto que se puede apreciar la complejidad de la metáfora que trabaja Calvo.
El festín de la araña es una selección de obras de una artista que se puede permitir hacer estar exploraciones estéticas. La exhibición completa es un tipo de trampantojo, un juego visual que la artista sumerge al espectador, donde el proceso creativo y la obra final en ocaciones coinciden.
Melissa M Ramos-Borges
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