miércoles, 23 de octubre de 2013

Surrealistas antes del surrealismo. Arantxa Romero

Esta exposición se suma a la lista casi infinita de muestras dedicadas al movimiento originado en París; basándose en la conocida Fantastic Art, Dada and Surrrealism, realizada desde el MOMA en 1936 (bajo la dirección de su fundador Alfred H. Barr), tiene como objetivo crear un panorama de precedentes que pudieron configurar el corpus artístico del grupo surrealista.

El hecho de que se base en una muestra tan pionera y por tanto ya antigua como fue la del MOMA sugiere varias preguntas; en primer lugar ¿Tiene sentido reproducirla en la actualidad sin llevar a cabo una revisión crítica? Si seguimos el fundamento teórico de la exposición, parece no ser necesario. En segundo lugar, ¿No sería pertinente advertir sobre la diferencia entre lo fantástico y lo imaginario? Precisamente los surrealistas rechazaban tal categoría por aludir a la evasión, al ser uno de sus objetivos ensanchar lo real incorporando lo irracional. Por último, la muestra de Nueva York recopiló unas setecientas piezas desde distintos puntos geográficos, y sin embargo la presente consta de unas trescientas que fundamentalmente provienen del Germanisches Nationalmuseum. Así pues, quizá el título de la exposición no sea el más adecuado respecto a sus contenidos, pues queda la sensación de haber visitado otra, quizá una muestra titulada “Antecedentes del surrealismo en la colección del Germanisches Nationalmuseum”, por ejemplo. Es complicado entonces que, como se anuncia en la hoja de sala, las obras “muestren de manera representativa” las principales influencias del grupo liderado por Breton.

Por otro lado, justifican que el grueso de las obras sean en papel por la posibilidad experimental e inconformista que da este material, pero apenas se han incluido piezas de gran importancia para la comprensión del movimiento, que recordemos de origen literario, como textos, revistas, cadáveres exquisitos o collages (técnica que en Occidente se remonta al medievo).
En cuanto a las once secciones en las que se ha dividido la muestra, encontramos que ciertas carecen de una definición conceptual clara, llegando a ser algunas casi intercambiables, como “Figuras compuestas” y “El ser humano construido”. Y por el contrario, echamos de menos otras categorías estéticas que vertebraron las creaciones del grupo surrealista y que se pueden también rastrear desde tiempos pasados; a modo de ejemplo podríamos citar la belleza convulsa, el erotismo y el deseo, o la imaginación como arma política. Y seguimos echando en falta cosas, pues aludiendo al marco geográfico, hemos de reconocer que es bastante reducido. Se excluyen coordenadas como África o México que también marcaron la estética surrealista, y que podrían encajar dentro de secciones como “Fantasmagorías” o “Las sombras de las sombras”, al tiempo que descentrarían el eje europeísta que sostiene la exposición.

Por último, y a pesar de las carencias que venimos mencionando, Surrealistas antes del surrealismo apuesta por recrear la estética de las exposiciones históricas del movimiento, concretamente la de 1938, donde se colgaron en suspensión sacos de carbón, aquí sustituidos por hamacas tradicionales mexicanas. La ambientación se refuerza con luz tenue y el tono azul oscuro de las paredes, que junto a las proyecciones de cortos en el suelo, consiguen de forma satisfactoria imbuirnos en el ambiente que aquellas veladas.


En definitiva, la muestra, aunque interesante, peca de ambición, y aun así siempre merecerá la pena acudir a ver obras irracionales, que no surrealistas, como las de Goltzius, Durero o Goya.

Surrealistas antes del surrealismo
Fundación Juan March, Madrid.
4 Octubre de 2013 – 12 de Enero 2014

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