miércoles, 16 de octubre de 2013

El festín de la araña



CARMEN CALVO

El festín de la araña

Galería Fernández-Braso, C/Villanueva, 30
Del 19 de septiembre al 9 de noviembre de 2013

La inauguración del nuevo curso expositivo comienza en la galería Fernández- Braso con los andares de una araña y la elegancia de un enigma. La artista Carmen Calvo (Valencia, 1950) muestra una treintena de obras realizadas la mayoría durante este año 2013, manteniendo su interés por la mezcla de estilos y técnicas que caracterizan su ya larga trayectoria en el panorama artístico español. Resulta difícil jugar a las etiquetas cuando lo que median son conceptos pero me atrevería a definir a Carmen Calvo como una artista objetual, más cercana a las cajas de madera de Joseph Cornell y a la poesía de Joan Brossa, con el que compartió espacio en la bienal de Venecia en 1997, que al movimiento surrealista como la crítica acostumbra a hacer. 

Sus objetos narran historias del pasado, sobre vidas que pueden no ser la nuestra pero que nos ayudan a comprender nuestro propio presente. Ése es el papel que juega el objeto encontrado, como memoria material que sirve de puente entre la nostalgia y el ahora. Objetos únicos e irrepetibles empapados todavía de la magia aurática benjaminiana habitan el espacio artístico en esta muestra. Para materializar visualmente esta idea la artista se sirve del experimento y la intervención. Sobre un mural vertical de caucho encontramos lo que podría ser un puesto del rastro madrileño, muñecas rotas y cucharillas bajo el título de Alicia. La niña Alicia. Aquí lo infantil está más cerca de lo oscuro que de lo naïve. Es cierto que nuestros objetos nos definen y ésta parece ser una manera sutil de representarnos. Los otros viven en viejas fotografías ampliadas digitalmente, en retratos de familias burguesas de principios del siglo pasado con sus niños del maíz de apariencia Stephen King. Estas imágenes son modificadas por medio de distintos materiales (tela, color, arcilla o lluvia) con la intención de cambiar su significado original y darles una segunda vida, convirtiéndolas así, en objetos poéticos y poliédricos. Otros objetos intervenidos de la exposición son libros, partituras, dibujos y tapices. Tal vez la conexión entre las fotografías collage y el resto de objetos no resulta tan coherente como se pretende. El resultado de los collages se nos presenta como inquietante, hay algo oscuro en todo esto, un misterio entre la estética de American Horror Story y la Herencia de la tía Agatha. Qué quieren decirnos si no pueden ver.

Buscar un leitmotiv en la obra de Carmen Calvo es atender a la mirada. ¿Puedes contar cuántos ojos hay en la sala? ¿Cuántos se enmarcan o se tachan? Estamos ante una partida de la gallinita ciega para adultos, la más difícil, porque no conocemos las reglas y atender al título de los ensamblajes lo vuelve todo más oscuro. Número 17. Intrigas, diplomacia, sociedades secretas. Las vendas no les dejan ver y eso hace que el espectador se convierta en un voyeur multiplicado por mil que quiere iluminar la escena, algunos incluso lo intentan con cerillas. Pero no todos están ciegos, algunos esconden todavía la mirada tras una máscara de clown. Recordemos que el disfraz no requiere de perfección ni de verdad, se basa en el placer del anonimato, en la libertad de no ser reconocido, es por ello que las imágenes pueden ser perversas rozando lo carnavalesco. La máscara simboliza el desdoblamiento del sujeto, nos enfrentamos así a la clásica dicotomía del ser y el aparecer. Y dentro de la lógica del aparecer entra de lleno lo múltiple donde toda forma es provisional, somos uno pero podríamos ser otros, tantos como personajes de una tragedia o una ópera. Los retratos anónimos le sirven para crear otros distintos, se trabaja la imagen sobre otra imagen. Estamos ante una artista que no se presta a la búsqueda del significado sino que es el regodeo en la extrañeza lo que moviliza las emociones del receptor. La invitación a su mundo plástico personal, en ocasiones críptico en exceso, se queda en nuestra memoria visual permitiéndonos volver a su obra claramente identificable y reconocible, una y otra vez.

En una esquina de la exposición nos vemos reflejados en una campana de cristal, es aquí donde duerme la araña, en el vacío. Su festín no es más que el título de la ópera del marinero compositor Albert Roussel, como declaró la artista en una entrevista para El Cultural[1]. Cosas que te hacen gracia y te dan para titular una exposición. Imaginas que es ella la que lo enreda todo con laberintos, la que se pasea por las superficies de las obras buscando párpados que cerrar. Es costurera como una madre pero a la vez misteriosa como todo lo que implica desconocimiento. Ella también tiene una doble cara. El hilo que une la tradición con la vanguardia lo tejen las arañas.

Irene Martínez Marín


[1] Entrevista a Carmen Calvo en El Cultural por Paula Achiaga publicada el 19-09-2013. Consultada el 15-10-2013. http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/5326/Carmen_Calvo

No hay comentarios:

Publicar un comentario