MINIMA RESISTENCIA. ENTRE EL
TARDOMODERNISMO Y LA GLOBALIZACIÓN: PRÁCTICAS ARTÍSTICAS DURANTE LAS DÉCADAS DE
LOS 80 Y 90.
MNCARS. 16 de octubre-5 enero 2014
El Museo Reina
Sofía saca a la luz más de un centenar de obras de su colección de los años 80
y 90, hasta ahora no mostradas al público, junto con piezas de intercambio
pertenecientes a otras colecciones europeas postmodernistas. La ambiciosa
muestra forma parte del proyecto Los usos
del arte puesto en marcha por la recién creada red L´International, que engloba a seis importantes museos de Arte
Contemporáneo europeos (Moderna Galerija en Ljubljana, M HKA en Amberes, SALT
en Estambul, VAM, Eindhoven y MNCARS, MACBA en España).
Comisariada
por Manuel Borja-Villel, Rosario Peiró y Beatriz Herráez, la exposición Mínima resistencia exhibe las obras de
más de 80 artistas expuestas de un modo fragmentario y muestra la búsqueda por
parte de los creadores de espacios de resistencia en un mundo globalizado. La
exposición toma su título del vídeo realizado por los artistas suizos Fischli
& Weiss y el discurso expositivo se centra en la dualidad imperante a
finales de los 80 en la que conviven diversos aspectos antagónicos. Uno de
ellos es la reivindicación del artista amateur frente al artista consagrado,
que se nos muestra en el vídeo citado en el que los peluches Oso y Rata, alter ego de sus creadores, estudian las posibilidades de
triunfar como artistas contemporáneos en una producción en la que lo absurdo y
el sentido del humor no faltan.
La crisis
económica y el capitalismo constituyen otros iconos duales del tardomodernismo
y reflejo de ello es La escuela es una
fábrica del estadounidense Allan Sekula. Mediante sencillas factografías nos explica las
transformaciones sociales que trajeron las políticas neoliberales de los años
80: el empresario en la cúspide de la pirámide social explota a sus
trabajadores que ven su vida sometida a una férrea rutina, en la que encuentran
al menos, tres cuartos de hora para dedicar al sexo, su único “lujo”.
La lucha de
clases y lo colectivo frente al individualismo queda bien plasmados en el
audiovisual Numax presenta (1979), en
el que el catalán Joaquín Jordá nos explica la acción consensuada de los
trabajadores de la fábrica de electrodomésticos Numax ante el cierre inminente
de la misma. En la fiesta final de clausura de la empresa todos acaban por
despojarse de su condición compartida de proletarios y afrontan sus vidas con
nuevos proyectos e ilusiones individuales.
En el terreno
pictórico, los artistas postmodernos tomaron conciencia de que la pintura había
entrado en un callejón sin salida. Como consecuencia surge una enorme variedad
de estilos marcados por el eclecticismo, un “cajón de sastre” en el que
partiendo de la autoreferencialidad del arte, la obra es asumida como objeto y
como finalidad en sí misma. En este contexto encontramos otra dualidad, la
convivencia de los géneros pictóricos tradicionales con la apropiación de imágenes
de artistas precedentes y de los mass
media. Reflejo de la reinterpretación de géneros clásicos es la pintura de
historia de Dokoupil, cuyas propuestas tuvieron enorme éxito por sus
referencias iconográficas.
La otra
vertiente es representada por artistas como Cindy Sherman, de quien se exponen
un par de fotografías, que participaron en la muestra Pictures en Nueva York, comisariada por D. Crimp en 1977.
Pretendían devolver la dimensión teatral a la imagen pictórica, desmitificando
imágenes del pasado y arrebatándole su sentido conceptual. Compartían un “nuevo
sentido de la representación como imagen;
es decir, un palimpsesto de representaciones, a menudo encontradas y rara vez
originales, que complicaban las reivindicaciones de autoría y autenticidad tan
importantes para la estética más moderna” (Rosalind Krauss).
El videoarte
se incorpora a la muestra en las salas Actitud
vídeo y la dedicada a Dara Birbaum, en las que el espectador experimenta la
reinterpretación de la realidad postmodernista, basada en la repetición de
imágenes anteriores hasta el punto en que llegan a perder el sentido. El
público asume el fracaso postmodernista, incapaz de generar nuevas ideas, como
propio y sumido en un estado de ansiedad ve su desesperación acrecentada por la
música excesivamente alta y por el esfuerzo intelectual requerido en estas
salas de gran complejidad semántica.
La faceta más
reivindicativa del postmodernismo relativa al feminismo y la sexualidad, que
culminará en la vitrina dedicada al activismo homosexual, queda representada en
la turbadora serie Body Building de
Icízar Okariz y las soeces imágenes de Ulrike Ottinger. Destaca en esta sección
la soberbia y poética instalación de Eulalia Valldosera y la de la artista
conceptual alemana Hanne Darvoben, basada en una de sus series de dibujos en
cuadrícula con interminables listados de números.
La muestra
incluye también referencias arquitectónicas como son los planos ficticios de la
Cárcel del Pueblo y Edificio de Parados proyectados por
Isidoro Valcárcel Medina y que nunca llegaron a realizarse. De manera magistral ejecutó estos "proyectos que se limitan a poner a las claras la evidencia,
necesitarían, para ser viables, otra época y otra mentalidad, es decir, son
prematuros" según palabras del propio artista.
Juan Muñoz,
Cristina Iglesias y Txomin Badiola nos proporcionan un instante de paz,
rememorándonos en la última sala que la modernidad ya ha pasado a la historia
en un mundo dominado por la globalización.
Conclusión: Se
trata de un proyecto de alto riesgo que se justifica, ya que el arte actual es
difícil de abordar en una época de trepidantes cambios y sin la perspectiva que
proporciona el paso del tiempo. Por otro lado, resulta chocante la elección
sumamente arbitraria de los artistas participantes, ¿por qué no están presentes
nombres como Barceló, paradigma de la postmodernidad en España? El discurso
narrativo de la muestra acaba por diluirse en los interminables espacios del
MNCARS, a través de un sinfín de obras e iconos que precipitan la incomprensión
del público, exhausto por la saturación conceptual. Ni un ápice de mínima
resistencia queda a la salida de la muestra.
Marina López
de Haro
No hay comentarios:
Publicar un comentario